"No se sabe bien -Matías Prats no lo recuerda- si algunas de estas ingenuas poesías llegaron por conducto misterioso a manos de don Federico Algarra, propietario de Radio Córdoba EAJ 24, y amigo de la familia Prats, o quizá don Juan Prats, inquieto por la revelación del maestro de escuela -este niño tiene algo en la cabeza- trasladó al director de la emisora su perplejidad en busca de consejo. Lo cierto es que el joven Matías, anunciado como el niño prodigio de Villa del Río, se encontró subido a una silla para mejor alcanzar el micrófono, dando un recital de poesías originales. Matías Prats se acuerda todavía del miedo que pasó, uno de los primeros miedos de su vida, así como de la presencia oronda, tranquilizadora de Federico Algarra, sonriente, cachazudo animándole a seguir con su mirada protectora.